miércoles, 30 de diciembre de 2009

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA



Ser docente en mi vida ha sido por convicción y vocación plena, porque desde la infancia las imágenes que tuve a mí alrededor de esta bella profesión inyectaron una profunda admiración, logrando proyectar el futuro del destino que debería elegir; en ningún momento he vacilado por tal decisión. Actualmente tengo 11 años de servicio laborando en el nivel primaria, en el sistema estatal y es maravilloso.

La profesión de maestro es noble y enriquecedora para quien la ama verdaderamente. Porque en nuestras manos está en contribuir a formar y moldear seres humanos; conscientes de sus competencias para el logro de la máxima realización propia en el contexto social e individual en donde se desenvuelvan.

Por tal razón para mi ser docente implica que en una sola persona posea una actitud entusiasta y apasionante por lo que realiza, es contar con una consciencia de responsabilidad y compromiso, constituirse como un modelo a seguir por sus alumnos, tener una capacidad de autocrítica para evaluar su actuar en beneficio de otros, es aquella persona que no puede poner limitantes en su preparación, debe tener clara de trascendencia de la influencia de su labor en la sociedad, etc.

Además de las anteriores características debe mostrar empatía a la problemática de sus alumnos; respetar, entender, tolerar y valorar su individualidad y su proceso de aprendizaje, será un ser humano bañado de humildad, un líder pedagógico capaz de compartir sus experiencias, un guerrero con casta y orgullo que se preocupa y esfuerza por difundir los valores universales como la justicia y la libertad. Y por último será un ser humano con debilidades y sentimientos, dispuesto a dar con amor lo que ha aprendido durante su paso por la vida.

Hablar sobre lo significativo que ha sido para mi ser maestro hasta el momento en Educación Básica es interiorizar mi alma porque en ella se encuentra el motor que activa mi existencia, es compartir la felicidad de estar en contacto directo con aquellos seres humanos pequeñitos que satisfacen mis expectativas y renuevan cada día mi espíritu . Me encuentro excelentemente laborando en el nivel de primarias; tengo estudios de la especialidad en Español en Educación Media Superior, pero estoy completamente satisfecha con los niños y por el momento no aspiro trabajar en otro nivel.

Por lo anterior puedo enumerar como motivos de satisfacción personal de mi labor la simple sonrisa de mis alumnos al ver que han superado un obstáculo en su camino, cuando comparten conmigo sus más íntimos problemas, inquietudes y sentimientos; al grado de ocupar un lugar especial en sus vidas, cuando los padres reconocen el esfuerzo, la dedicación puesta en el trabajo y además de obtener resultados académicos exitosos.

Pero existe la contraparte de la cara de la moneda la insatisfacción , al ver la imagen y el prestigio del maestro se va minimizando con el tiempo , cuando mis esfuerzos fueron en vano para algunos de los alumnos en su aprendizaje, en los momentos de dificultad emocional que me apartaron de mi objetivo, en aquellos instantes de gran desilusión en algunos niños sobre la problemática familiar que viven en sus hogares ; sin poder hacer algo por ellos, el no lograr sembrar ni siquiera una semillita de mostaza de superación en su interior y tantas y tantas cosas más que son motivo por el cual trato de ofrecerles lo mejor que tengo en mi ser, preparándome y buscando alternativas de solución.

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